Hablemos de vivienda.

En general nos causan alarma las injusticias sociales y reaccionamos, pero con el tiempo nos acostumbramos a ellas. Por ejemplo: ¿Cómo es posible que aceptemos como normal que a una mujer con dos niños, la echen de casa y la pongan de patitas en la calle con lo puesto? O que a una mujer sola de 80 años la echen de su casa.

La PHA (Plataforma de Afectados por la Hipoteca) de Cornellà de Llobregat, informa y avisa a todas las organizaciones progresistas, para evitar esos desalojos.

Nos jactamos de ser occidentales y civilizados, pero no somos capaces de preservar a los ciudadanos de sus derechos más elementales y universales. Cualquier tribu primitiva, en el último rincón del planeta no dejaría a una mujer con dos críos o a una anciana en la selva a merced de las hienas.

Cuando intentamos evitar desahucios, no sabemos el color de su piel, ni que idioma hablan, solo sabemos que son seres humanos y ciudadanos del mundo.

Los nuevos desahucios, son los llamados “desahucios silenciosos” son producidos por la burbuja inmobiliaria de los alquileres abusivos, de libre subida del alquiler, gracias a una ley exprés del PP y C’s.

Se les llaman silenciosos, porque el inquilino asume impotente la injusticia, como algo legal y sintiéndose solo, se va sin hacer ruido.

Para frenar esta nueva barbarie social, se ha creado una plataforma transversal llamada “Sindicat de llogaters” al cual puede llamar y contactar cualquier persona.

Quizá el nuevo gobierno de España sea capaz de derogar está ley.

Del president de la Generalitat, Quim Torra, no espero nada bueno, ja hemos visto sus twits supremacistas.

Como dijo el saxofonista K. Washington (14/5/18) “La diversidad no hay que respetarla, hay que celebrarla”.

Torra, de momento parece un títere en manos de Puigdemont, cada 2 por 3 viaja a Alemania para preguntarle, qué tiene que hacer, cuándo lo tiene que hacer y cómo lo tiene que hacer.

En lo social, el President, que pertenece a la élite político-económica de este país, seguirá la trayectoria de sus antecesores, Puigdemont y Mas, recortes en sanidad pública, educación, servicios sociales, para dar el dinero público del cual si dispone a la sanidad privada, las escuelas del Opus Dei, etc. Y todo con los votos de ERC, y los malos malísimos del PP y C’s.

Obviamente los ciudadanos no nos merecemos esto: Neoliberalismo económico radical, o como se decía antes, capitalismo cruel y criminal.

Las cifras de desahucios, suicidios,… son altísimas, parecen increíbles, sin embargo nos hemos acostumbrado a ellas, como algo natural e inevitable.

No podemos aceptar como normal algo que no lo es, luchemos por una ciudad sin desahucios, la vivienda es un derecho universal.Pere

Per Pere Farré, activista de Cornellà.

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