SALUD

Ofensiva neoliberal contra la salud
Las actuales políticas neoliberales están convirtiendo el derecho a la salud y la asistencia sanitaria en un negocio orientado cada vez más a beneficiar a las grandes corporaciones sanitarias y la industria farmacéutica. La aplicación de estas políticas no sólo genera una amplia corrupción sanitaria reflejada en tráfico de influencias, conflictos de intereses, puertas giratorias, opacidad en la gestión económica y decisiones políticas ineficientes e inequitativas, sino también en un modelo de la sanidad cada vez más mercantilizado, donde la colaboración público-privada parasita el sistema público, tiene un coste elevado para los presupuestos públicos así como un elevado coste social para la mayoría de la población.

Nuestro sistema público sanitario y de protección de la salud está en peligro a causa de la disminución del presupuesto y de la intención de privatización por parte de los gobiernos. El año 2012 en Catalunya se destinaron 1150,18€ por persona cuando la media estatal fue de 1296€ (muy lejos de los 1674€ de Extremadura), el índice de mortalidad ha aumentado un 5,3% respecto del año anterior, mientras que en el resto del Estado lo ha hecho un 5,2%, y las listas de espera han aumentado hasta 181.559 personas en 2013. Todo esto es fruto de la reducción de los presupuestos sanitarios en 1360 millones de euros.

La salud como derecho fundamental
Para evitar que la salud sea una mercancia y conseguir que sea un derecho humano universal, hay que reformular los principios del modelo actual, consiguiendo una sanidad realmente pública (en la propiedad, provisión y gestión de servicios) con un servicio universal y equitativo, gratuito (pagado con presupuestos y sin repagos), humano y de calidad. El Servei Català de la Salut (CatSalut) se debería convertir en un auténtico Servicio Nacional de Salud en Catalunya (SNSC), con las funciones de planificación, dirección, financiación, prestación de servicios y evaluación de resultados que garantice que todo el mundo tenga el derecho a una sanidad publica con servicios universales, equitativos y de calidad.

Hay que potenciar la salud pública y la atención primaria y comunitaria como elementos centrales clave del sistema, como la puerta de entrada y gestora del proceso preventivo y asistencial. También hay que avanzar hacia un sistema basado en la salud de la persona y no en la enfermedad, con un enfoque biopsicosocial, menos medicalizado, en el cual, al lado de los profesionales de la salud, se fomente la participación real de las personas.

El sistema sanitario debe ofrecer unas condiciones laborales dignas para sus profesionales, con un control y gestión verdaderamente públicos, y con la máxima participación de las clases populares. Finalmente, dado que los principales determinantes de la salud son sociales, ambientales, laborales y económicos, un punto clave es que el cambio de modelo sanitario vaya acompañado de la aplicación de intervenciones transversales equitativas y sostenidas que tengan en cuenta la salud en la puesta en práctica de todas las políticas.

Urgencias de día en los CAP
Sólo hay un médico de urgencias por centro. Sólo un médico visita a domicilio y lo hace exclusivamente a partir de las 18.30, ya que primero atiende a las usuarias que van al centro, a pesar de que los primeros son los que se han de tratar con urgencia.

Hospital comarcal de referencia Moisès Broggi
Ante su gestión privada y opaca, debemos pasar a una gestión pública y transparente. Especialmente grave es la situación de las urgencias, prácticamente siempre colapsadas. No existen los servicios de hemodinamia (detección y tratamiento de infartos), cirugía cardíaca, neurocirugía (ictus), hematomas cerebrales, etc., lo que comporta el traslado al Hospital de Bellvitge, perdiendo un tiempo precioso en estos tratamientos. Exigimos que se cumpla el protocolo de infartos y que estos pacientes sean derivados directamente al Hospital de Bellvitge.

Hospital de Bellvitge
Este hospital de referencia en Catalunya ha pasado de 820 camas en 2007 a las 574 actuales. Al mismo tiempo, se han perdido 500 profesionales, así como quirofanos, UCI, etc. A esta circunstacia debemos sumarle las urgencias colapsadas y las listas de espera en un aumento continuo.

Salud pública i contaminación ambiental
El Ayuntamiento debe de medir con transparencia la contaminación y hacer un seguimiento, ya que la cimentera de Sant Feliu está quemando residuos, esencialmente neumáticos. La contaminación puede llegar a nuestro municipio a causa de la elevación de las chimeneas. Hay que medir las radiaciones, tanto de antenas como de los nuevos contadores eléctricos, así como la contaminación de humos y acústica, especialmente en zonas con mucha afluencia de tráfico cercanas a centros educativos y parques.

Reversión inmediata de los recortes: la salud no es sólo la ausencia de enfermedad
Reapertura inmediata de camas, quirófanos, consultas y servicios en el Hospital de Bellvitge, con la dotación económica y el personal sanitario suficiente que permita dar una atención adecuada a los pacientes.

Parar las derivaciones a centros privados, tanto en intervenciones quirúrgicas como en pruebas de diagnosis (visto que actualmente se destina el 60% del presupuesto a la privada concertada y el 40% a la pública).

Es esencial la educación sanitaria, tanto desde la escuela como desde los CAP, la población ha de ser partícipe de sus cuidados y educación sanitaria. Elaboración de un programa de salud para las escuelas, para evitar enfermedades de malnutrición y mentales.